Caɨ nagatba Universidad del Valle jofueramo del Amazonas. Ñuera caɨmacɨ itɨcaɨ*

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(*En lengua Maina Muruy: Traducción: Nosotros los maestros del Amazonas, estamos compartiendo con los hermanos de la Universidad del Valle. Estamos contentos acá)

Mi nombre es José Roberto Bedoya Gómez, soy Licenciado en Etnoeducación con énfasis en ciencias sociales y antropología, egresado de la Pontificia Universidad Bolivariana de Medellín. Mi énfasis es directamente en ciencias sociales, pero en estos momentos estoy dictando clases de lengua materna que es la etnia ticuna y huitota, muina muruy, y portugués. Soy profesor de la Institución Educativa Indígena Francisco José de Caldas, perteneciente a las comunidades de los resguardos Los Lagos, San Antonio, San Sebastián, San Juan de los Parentes y el más grande que es el resguardo Ticuna Huitoto, sector carretera.

En la Institución albergamos sobre todo a niños indígenas, aunque no es limitada para los hermanos occidentales, o los hermanos blancos. Pero dentro de su misión, de su visión, dentro de su PEI, está el fortalecimiento de las culturas. Son niños de 5 a 11 añitos los de básica primaria, los que son de preescolar. De 11 a 12 añitos en 5 grado, y de 12 a lo que permite la Ley que es hasta los 17 años, de los grados sexto a once.

Mis alumnos son muchachos muy dinámicos, muy hiperactivos. Son personitas innovadoras, personas que están muy atentas. También son muy apegados y sujetos a los cambios que puedan sufrir, estos cambios se pueden ver en la forma de vestir, de hablar, de peinarse; por obvias razones, como tener la ciudad cerca y la influencia de los sistemas de comunicación. Pero también son personas con las ganas y la motivación de estar en su entorno.

Nosotros no hablamos de rescatar la lengua. Rescatamos ciertos aspectos de la cultura, pero la lengua hay que mantenerla. Entonces hablamos de mantener la lengua, de tenerla ahí, de fortalecerla, de motivarla a que se siga conservando. Porque un pueblo que no tenga lengua o que no tenga cultura está destinado a perder su identidad, a desaparecer, a ser invadido por otras costumbres, por otras formas de vida.

Infortunadamente en este sector ha llegado mucho la influencia de todos los medios, de toda la parte moderna. Pero, lo que se pretende en el colegio es interactuar con esas dos cosas. Ahora la etnoeducación pasa a un lado y estamos hablando de educación propia. ¿Y cuál es la educación propia?: que nos vayamos enfocando en qué educación queremos nosotros, y cuál es nuestra propia educación que tenemos que recibir, desde lo occidental que son los valores, la ética, y desde lo tradicional que son los consejos de los ancianos, de los abuelos y de los mayores; entonces desde este punto de vista, tenemos que mantener este equilibrio, sin alejarnos de la parte moderna, pero también haciendo la inclusión en la parte tradicional.

El programa de formación CREA-TIC tiene algo innovador, es un curso muy enfocado a que el maestro cambie la rutina del maestro de tiza-tablero y marcador-tablero, para que se apropie de todas las herramientas que ofrecen las TIC, para que aprenda a manejar eso y lo utilice para sus prácticas pedagógicas. Nosotros en la IE veníamos trabajando con las TIC y el grupo de docentes que estamos aquí, que somos jóvenes, estamos dispuestos a innovar. Y con todos los programas se pueden mejorar ciertas cosas, podemos capacitar a las maestras de preescolar con ciertos softwares que nos brindan, por ejemplo para enseñar lengua materna. Simplemente es hacer el montaje necesario en diferentes programas y con lo que nosotros adaptamos, por ejemplo con la escritura, el sonido, la imagen, a través de las TIC, e implementamos la parte cultural.

Lo anterior, es muy importante porque el maestro llega, acoge esa parte tecnológica y lo innova a la parte cultural. Nos parece excelente. Nos vamos muy ricos en conocimiento.

Caɨ nagatba Universidad del Valle jofueramo del Amazonas. Ñuera caɨmacɨ itɨcaɨ (En lengua Maina Muruy: Traducción: Nosotros los maestros del Amazonas, estamos compartiendo con los hermanos de la Universidad del Valle. Estamos contentos acá).

El concepto del hermano no lo decimos en un contexto religioso. “Hermano” significa que compartimos un espacio, una tierra, un mundo, un aire. Lo decimos porque dentro de una historia así cortica, Dios juntó al hermano moreno, al hermano blanco y al hermano indígena y comenzó a entregarle el mundo a nosotros. Le entregó a cada uno el mundo. Uno, no le puso tanto cuidado, se puso a hacer otras cosas, por eso el hermano negro trabaja mucho, sufre un poco más; el hermano blanco se quedó dormido, y le fueron a preguntar y él ciertas cosas hacía, y las comenzó a escribir; y el hermano indígena, él sí puso atención durante todo el tiempo que Dios entregó la tierra al hombre, entonces él comenzó a contarles todo lo que Dios le había dicho. De esa manera, el hermano blanco todo lo que hace o elabora lo escribe, todo lo hace por documentos, por papel, y el hermano indígena todo lo transmite con la palabra, y para ellos la palabra es poder, la palabra es sagrada. Por eso la tradición y enseñanza oral es práctica. Muchos pueblos de Colombia, los 32 pueblos, transmiten la práctica, muy pocos lo escriben. Hoy por hoy, los que tenemos la tecnología, las TIC, filmamos, grabamos, escribimos.

Lo que nos decía un abuelo es que la diferencia es el habla, las formas de vida. Un hermano se superó más que el otro, pero seguimos siendo seres humanos, porque todos cuando nos cortamos nos sale la misma sangre.

CIER-Sur: ¿El concepto de “hermano” se aplica también hacia los animales?

José Roberto: No, ellos tienen un espacio. Ellos son partícipes de nuestro mundo, pero ellos tienen su otro mundo. Digamos que hacen parte de nosotros, viven con nosotros. Pero está la gran diferencia, ellos no razonan, nosotros sí razonamos. Creamos nuestra propia autodestrucción, el animal no, el animal trata de sobrevivir, nosotros no sobrevivimos sino que nos autodestruimos. Por eso decimos que ellos hacen parte del mundo, pero en su diferente espacio.

Grupo de docentes procedentes de Leticia (Amazonas) participantes del programa de formación CREA-TIC. De izq. a der.: José Roberto Bedoya, Griselda Ipuchima, Yenny Elena Jaramillo Ahuamari, Blanca Lilia Morales, Yurley Iyuma, Marta Patricia Hernández y Mirian del Pilar Cantilo.